Esta es una gran pregunta, que solo nos la solemos hacer en una etapa concreta de nuestra vida.

Y yo me pregunto, ¿puedo cambiar de opinión? o más aún ¿pueden ir creciendo mis aspiraciones?

Durante mi vida he ido teniendo pretensiones humildes, o eso pensaba, con el tiempo y avanzando, me he dado cuenta de que no era una aspiración sin más, era una búsqueda de crecimiento. Siempre pensaba: “con acabar la carrera me conformo”, y cuando había acabado, pasando unos meses, ya estaba pensando en otra meta.

En mi trayectoria personal y profesional he ido decidiendo enfrentarme a retos, parecían estar muy lejos de mi alcance; todos ellos me han supuesto un gran esfuerzo, todos ellos me han hecho atravesar zonas de incomodidad que me atemorizaban, muchos los he ido sacando adelante y otros no he conseguido alcanzar el nivel esperado, pero el nivel esperado por mí mismo. Históricamente, me he convertido en la apuesta contra pronóstico, no sé si por mi falta de brillantez o por mi actitud ante los retos, que es silenciosa, ensimismada y a veces dubitativa. Lo que sí se es que siempre he acertado en una única decisión, que es la de decir SÍ a seguir evolucionando, a seguir estando incómodo, a querer aceptar que mi día a día debe ser el de experimentar cosas nuevas. Sigo asustado al iniciar el proceso y aun así empiezo, porque la experiencia me dice que si me caigo me levantaré, como he hecho hasta ahora cada vez que me ha ocurrido.

Hay un dicho que me gusta:

“Las estrellas no piden permiso para brillar” Así que si esto es lo que realmente quieres BRILLA.

Por cierto … ¿Ya eres todo lo que quieres ser?