Este tema no sabía cómo explicarlo, tenía mucha influencia y convicciones prefijadas en mi mente como para verme como un espectador objetivo debido a fuertes lazos familiares.
Ha sido solo después de haber estado allí en un viaje emocionante por las muchas implicaciones que tenía, que pude compartir mis sentimientos con personas que no me conocían hasta entonces y que no se sorprendieron por mi punto de vista.
Hace 22 años pisé Cuba por primera vez, justo hoy acumulo 22 años más de vida y afortunadamente de muchas experiencias, y lo que he visto allí solo ha acrecentado una creencia propia que quiero compartir sin entrar en ningún tipo de ideología, porque esto son hechos, esto está pasando.
El gran objetivo de Cuba fue ser independiente, luchó mucho y sacrificó mucho para que hoy más de 60 años después sea un país muy muy dependiente. El cambio se inició bajo el principio de solidaridad, donde todos debían disponer de los mismos privilegios y lo que he visto es individualismo y luchas personales por la supervivencia.
No he podido dejar de pensar en ello durante el tiempo que estuve allí y aún sigo dándole vueltas.
No pretendo arreglar nada, solo ordenar mis ideas, y hoy el orden en que las tengo puestas es:
Nada bueno hay en la independencia total, vivimos en un mundo lleno de necesidades que satisfacer recíprocamente, nada bueno tiene la dependencia total, por qué es una gran anuladora de voluntades que acaba destapando el instinto de supervivencia y destruyendo la solidaridad.
Esta no es una reflexión política, no es una referencia a un país, es una llamada a la toma de consciencia.
Pregúntate si es mejor ser independiente, dependiente o interdependiente y cuál tiene que ser tu sentimiento de pertenencia a un sistema, organización, proyecto, familia, etc para sentirte solidario.
Paremos de hablar de los demás, hablemos de cada uno de nosotros, con cada uno de los nuestros.